8.3.15

Amimes

«Me llama poderosamente la atención» (me llama o me llamó, depende del tiempo del sujeto parlante, también el «poderosamente» es opcional, a capricho del énfasis, de la afectación o de la flauta), dicho una y otra vez por quienes hablan y no callan en radio y televisión, y en la taberna, será sin duda una prueba de que toda nuestra mezquina actualidad está llena de pasmo, asombro, estupor o maravilla.